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Prensa

Esta declaración se puede atribuir al Centro Nacional para los Derechos de las Lesbianas, GLAAD, el Grupo de Trabajo Nacional de Gays y Lesbianas, United We Dream y Queer Undocumented Immigrant Project, y el Centro Nacional para la Igualdad Transgénero.

(San Francisco, CA, 23 de julio de 2013)— Esta tarde, la Cámara de Representantes de EE. UU. se reunirá para discutir la llamada Ley KIDS, una pieza de teatro político cobarde que amenaza con separar a las familias inmigrantes. Señalar a algunos jóvenes inmigrantes como un camino hacia la ciudadanía mientras se somete a sus familias al temor constante de la deportación es tan insensato como fuera de sintonía con el público estadounidense. Es hora de dejar de jugar a la política con la vida de las personas.

Como una coalición de las principales organizaciones de defensa LGBTQ de la nación comprometidas con una reforma migratoria comprensiva y compasiva, buscamos nada menos que una hoja de ruta para la ciudadanía para los 11 millones de inmigrantes indocumentados en este país, incluidas al menos 267,000 personas LGBTQ. A través de organizaciones como United We Dream y Queer Undocumented Immigrant Project, la juventud LGBTQ ha jugado un papel vital en el movimiento DREAMer. Junto con sus aliados heterosexuales, no se conformarán con que los republicanos de la Cámara ofrezcan una migaja a algunos y la deportación al resto.

Los republicanos que impulsan esta legislación equivocada son los mismos políticos que anularon la Ley DREAM en 2010, se opusieron a la acción diferida para los DREAMers para evitar que fueran deportados en 2012 y luego votaron para desfinanciar la iniciativa el mes pasado. Es hora de que estos políticos tomen una decisión: entreguen una solución real sobre la inmigración y comiencen a reconstruir su marca política con el grupo demográfico de más rápido crecimiento en el país, o se alejen cada vez más de la corriente principal de los estadounidenses con propuestas extremas que no llegan a ser un solución real a largo plazo.

El Senado ha hecho su trabajo. El mes pasado, el Senado aprobó un proyecto de ley bipartidista que incluye, entre otras disposiciones, un camino histórico hacia la ciudadanía para inmigrantes indocumentados, disposiciones de reunificación para reunir a familias destrozadas por deportaciones y detenciones, y el DREAM Act más fuerte jamás escrito.

El proyecto de ley del Senado está lejos de ser perfecto. A cambio de su aprobación, el Senado se comprometió a gastar $40 mil millones en 'seguridad fronteriza'. Este derroche excesivo tendrá un impacto dañino en las comunidades fronterizas, particularmente en los inmigrantes LGBTQ que viven en la frontera, y socavará los principios de la aplicación humanitaria. Sin embargo, la legislación nos acerca un paso importante para reformar nuestras políticas de inmigración y mantener unidas a más familias.

Casi 9 de cada 10 votantes no apoyarían un proyecto de ley de la Cámara que elimine este camino hacia la ciudadanía; es hora de que sus líderes escuchen la voluntad pública. Si los republicanos de la Cámara de Representantes se toman en serio el arreglo de nuestro sistema de inmigración que no funciona, detendrán la política arriesgada y propondrán una solución real.