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Prensa

(San Francisco, CA, 13 de junio de 2016)—El Centro Nacional para los Derechos de las Lesbianas (NCLR) responde al tiroteo masivo en un club nocturno de lesbianas, gays, bisexuales y transgénero (LGBT) en Orlando, Florida, que dejó 49 muertos y más de 50 personas gravemente heridas a principios del 12 de junio de 2016.

Declaración de la directora ejecutiva de NCLR, Kate Kendell, Esq .:

“El ataque de ayer en Orlando fue un acto de odio aterrador hacia nuestra comunidad. El tirador atacó un bar LGBTQ en la noche Latinx durante el Mes del Orgullo, y atacó brutalmente a personas de color lesbianas, gays, bisexuales y transgénero inocentes y a otras personas que se habían reunido para socializar y celebrar. Toda nuestra comunidad y todos los que valoran la vida humana se tambalean por esa brutalidad insondable. Estamos asqueados por la pérdida de vidas preciosas e irremplazables. Nos duele el corazón por las familias y amigos de los asesinados y la terrible devastación que esas pérdidas seguirán trayendo en el día, los meses y los años venideros.    

No podemos hacer nada para recuperar las vidas de los asesinados, pero podemos y debemos poner fin a la intolerancia y discriminación anti-LGBTQ que aún proliferan en este país y en el mundo. En los últimos dos años, políticos cobardes e irresponsables han propuesto más de 200 leyes anti-LGBTQ, incluidas las aprobadas este año en Carolina del Norte y Mississippi. No se equivoquen, estas leyes y la complacencia de tantos funcionarios electos a quienes promueven el sesgo anti-LGBTQ fomentan un clima tóxico. Mientras luchamos por recuperarnos de este devastador ataque, debemos ser claros: no hay lugar para el odio en este país, y no hay excusa para que ningún funcionario electo vilipendie a las comunidades vulnerables en función de su orientación sexual, identidad de género, raza, origen nacional, religión, estatus migratorio o cualquier otro rasgo personal. Debemos estar especialmente atentos a los prejuicios antimusulmanes y los vergonzosos intentos de demonizar a las comunidades musulmanas. La forma en que respondamos a este horrible ataque será una prueba del carácter de nuestra nación, atestiguada a escala mundial. Mientras reflexionamos y lamentamos estas terribles pérdidas, encontremos la fuerza para transformar nuestro dolor y pena en una acción colectiva y una determinación profunda e inquebrantable de responsabilizarnos a nosotros mismos y a nuestros funcionarios electos por construir un mundo de igualdad, paz y justicia. ”