BF y TD, una pareja de lesbianas, mantuvieron una relación comprometida durante siete años. Cuando sus intentos de quedar embarazadas no tuvieron éxito, la pareja decidió adoptar. Debido a que la disponibilidad de adopciones de segundo padre no está clara en Kentucky, solo TD adoptó al niño. Durante los siguientes seis años, la pareja crió a su hijo juntos. Sin embargo, después de que la pareja se separó, TD cortó todo contacto entre BF y el niño, lo que obligó a BF a solicitar visitas. Tanto el tribunal de primera instancia como el Tribunal de Apelaciones de Kentucky sostuvieron que BF no era un padre de facto según el estatuto, que exige que una persona sea el “cuidador principal” del niño. La Corte Suprema de Kentucky accedió a revisar el caso. El 15 de junio de 2006, la Corte Suprema de Kentucky confirmó la siguiente decisión sosteniendo que, con base en los hechos del caso, BF no cumplía con el estándar legal para ser un padre de facto.