Mónica, oriunda y ciudadana de Colombia, llegó a los Estados Unidos con una visa de estudiante. Mientras estaba en los Estados Unidos, Monica se declaró lesbiana. Cuando era estudiante, Monica floreció en las artes, especialmente en la realización de películas. Se convirtió en activista de los movimientos LGBT, inmigración y derechos de las mujeres. A través del cine, explora el tema de los derechos de las lesbianas. Sus documentales incluyen: “Latinas Lesbianas”, entrevistas con lesbianas latinas inmigrantes que son activistas en temas como vivienda, educación y libertad de expresión; y "Un viaje a casa", que aborda los problemas del hogar, la comunidad y la inmigración a través de las vidas de tres lesbianas latinas. Sus películas se han proyectado en todo Estados Unidos e internacionalmente, ganando premios de reconocimiento.

Desde su salida del armario y sus expresiones artísticas de activismo, Mónica teme regresar a Colombia donde la homosexualidad es vista como un pecado y los homosexuales tienen que vivir escondidos. La familia y la sociedad esperarían y presionarían a Monica para que se casara con un hombre. Como lesbiana, corre el riesgo de sufrir acoso y violencia a manos de familiares, vecinos y fuerzas guerrilleras y paramilitares, con poca o ninguna protección del gobierno. La violencia sexual y de género es un problema significativo en el contexto del conflicto armado en Colombia y en la sociedad colombiana en general. Las campañas de “limpieza social” están dirigidas, entre otras, a personas LGBTQ y personas con VIH y SIDA, y se justifican como un medio para eliminar a las personas que no se ajustan a los estándares tradicionales colombianos y, por lo tanto, fortalecer a la comunidad. Con NCLR como su abogado, Monica obtuvo asilo el 13 de junio de 2006.