En 2017, la ciudad de Boca Raton, Florida y el condado de Palm Beach, Florida, promulgaron ordenanzas locales que prohibían a los terapeutas con licencia estatal intentar cambiar la orientación sexual o la identidad de género de un paciente menor de 18 años. Todas las principales organizaciones médicas y de salud mental del país han advertido que estas prácticas no funcionan y ponen a los jóvenes en riesgo de sufrir daños graves, como depresión, abuso de sustancias y suicidio.
En 2018, un grupo legal anti-LGBTQ presentó una demanda federal impugnando la ley en nombre de dos terapeutas con licencia que desean participar en la terapia de conversión con menores. En febrero de 2019, un tribunal de distrito federal denegó la solicitud de los terapeutas demandantes de una orden preliminar que impidiera la aplicación de la ley, y dictaminó que era poco probable que los demandantes tuvieran éxito en su impugnación. Los demandantes apelaron.
NCLR, junto con Equality Florida y Southern Poverty Law Center, presentó un amicus brief instando al Tribunal de Apelaciones del Undécimo Circuito a afirmar la decisión del tribunal de distrito basada en el consenso abrumador de los profesionales médicos y de salud mental de que la terapia de conversión representa un riesgo grave para el salud y bienestar de la juventud de Florida.
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