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DADT_ArcoirisHoy hace dos años, el 20 de septiembre de 2011, se derogó oficialmente “No preguntes, no digas”. La política discriminatoria y estigmatizante de 1994 que prohibió a los militares lesbianas, gays y bisexuales servir abiertamente en el ejército ha tenido un impacto dañino en la fuerza de las fuerzas armadas durante uno de los tiempos militares más peligrosos de una generación.

Como resultado del DADT, más de 13,500 mujeres y hombres fueron dados de baja del ejército debido a su orientación sexual. De manera alarmante, de las 619 personas dadas de alta bajo DADT en 2008, el 45 por ciento eran personas de color (que representan el 30 por ciento de los militares) y el 34 por ciento eran mujeres (que representan sólo el 14 por ciento).

El proceso para derogar esta política comenzó en diciembre de 2010 cuando el Congreso aprobó una medida que sentaba las bases para la derogación, pendiente de la certificación de los líderes de las Fuerzas Armadas de que la derogación no comprometería la preparación militar.

En respuesta, el Secretario de Defensa y el Presidente del Estado Mayor Conjunto certificaron por escrito que habían revisado el informe del Pentágono sobre los efectos de la derogación del DADT e informaron al Congreso que el Departamento de Defensa había preparado las políticas y regulaciones necesarias para implementar la derogación y esas políticas y reglamentaciones se ajustan a las normas militares de preparación, eficacia, cohesión de la unidad y reclutamiento y retención militar.

En respuesta al final de esta política, el presidente Obama comentó que "ya no se les pedirá a decenas de miles de estadounidenses uniformados que vivan una mentira, o que miren por encima del hombro para servir al país que aman".

Lamentablemente, esto aún no es cierto. Los miembros del servicio transgénero todavía tienen prohibido el servicio abierto en el ejército, lo que perpetúa un estigma sobre las personas transgénero y le cuesta a las Fuerzas Armadas miembros fuertes y capaces que quieren servir a su país.

Para animar verdaderamente el sentimiento de las palabras del presidente, todavía se necesita un trabajo crucial para eliminar las barreras al servicio abierto para personas transgénero. NCLR se enorgullece de continuar esta lucha y garantizar que la política que rige a los miembros del servicio esté a la altura del principio sostenido por los miembros del servicio: que nadie se quede atrás.

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