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6a01157013754c970b0120a5dee222970c-800wiDurante la última semana, la comunidad LGBTQ ha experimentado victorias históricas en la lucha por el matrimonio igualitario.

Pero en medio de estas victorias que cambian el juego, es importante recordar las muchas formas en que las personas y familias LGBTQ siguen siendo especialmente vulnerables. Octubre es el mes de concientización sobre la violencia doméstica, que brinda la oportunidad de enfocarse en la necesidad de abordar el tema a menudo ignorado de la violencia doméstica y la violencia de pareja íntima (IPV) en la comunidad LGBTQ.

Un informe de 2013 publicado por la Coalición Nacional de Programas contra la Violencia (NCAVP) muestra un aumento del 29.6% en la violencia de género en general de 2011 a 2012 Es inquietante que la mayoría de los homicidios resultantes de la violencia de género ocurrieron en la comunidad LGBTQ. Un examen más detenido revela que los jóvenes LGBTQ, las personas de color, los hombres homosexuales y las mujeres transgénero eran los más propensos a sufrir lesiones, requerir atención médica o ser víctimas de prejuicios y acoso anti-LGBTQ como resultado de IPV.

Se necesitan esfuerzos para aumentar la visibilidad de la existencia de esta violencia en las comunidades LGBTQ y para mantener a las personas seguras. Debido a que los jóvenes son particularmente vulnerables, se debe trabajar para aumentar la educación sobre la violencia doméstica, la violencia de género y los recursos disponibles para los sobrevivientes. En los campus de la escuela secundaria y la universidad de todo el país, Alianzas homosexuales heterosexuales (GSA) han adoptado una estrategia que puede ser útil para empoderar a los jóvenes. El modelo GSA es adecuado para que todos los jóvenes, heterosexuales y homosexuales, tengan conversaciones sobre cómo se pueden cultivar relaciones saludables con los demás, mientras que al mismo tiempo desarrollan el coraje para hablar abiertamente sobre interacciones potencialmente abusivas.

También se necesitan esfuerzos legislativos y políticos para ayudar a proteger a los sobrevivientes de esta violencia. La reautorización el año pasado de la Ley de Violencia contra la Mujer (VAWA), que incluía importantes protecciones contra la discriminación por motivos de orientación sexual e identidad de género, fue un poderoso paso adelante para abordar la violencia contra la mujer en la comunidad LGBTQ. Además, las recomendaciones de la NCVAP para crear competencia cultural dentro de las estructuras institucionales que abordan la violencia de género, como las investigaciones policiales, los fiscales y los refugios para casos de violencia doméstica, son de hecho muy necesarias y deben implementarse.

La Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) también busca promover estrategias de prevención dirigidas a la violencia de género. NCLR se compromete a trabajar en estrecha colaboración con los CDC y otras agencias que se enfocan en la violencia doméstica y la violencia de género para garantizar que estos esfuerzos se lleven a cabo de una manera que incluya las necesidades particulares de las personas y familias LGBTQ. Continuaremos abogando por recursos y servicios que aumenten la conciencia sobre esta violencia en las comunidades LGBTQ y trabajaremos para prevenirla.

 

 

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